Es el área de influencia que muestra el compromiso genuino de la persona por la valorar la diversidad y la gestión de los sesgos. Cuando una persona trabaja en la gestión personal, puede reconocer en qué parte del camino está y es consciente que el proceso de aprendizaje es constante y permanente. Por esto, es clave la práctica de la humildad y la curiosidad para mantener una mentalidad de aprendizaje con relación a la diversidad, la equidad y la inclusión.

Esta área de gestión es la que permite empoderar a perfiles diversos. Aquí se evalúa la capacidad de la persona para asegurar un trato justo, equitativo e incluyente con el equipo de trabajo. Dichas prácticas y comportamientos se implementan en todo el ciclo de vida del personal, desde el reclutamiento y la selección, hasta la fidelización y las prácticas de desarrollo.

Es un área de influencia más grande en donde los comportamientos de la persona logran influenciar la cultura de la organización y movilizan un ambiente laboral positivo integrando una perspectiva de equidad e inclusión. Esta área de gestión implica también influir no solo en los equipos de trabajo, sino también en los procesos, las prácticas, las políticas y en general en la cultura de la compañía.